Eduard Genís Sol, febrero del 2020.
La esencia (精, Jing) también interviene como materia prima en la producción de la sangre. Es por ello que el libro El origen y los indicadores de las enfermedades (诸病源候论, Zhū bìng yuán hòu lùn), de Cháo Yuán Fāng (巢元方), dinastía Suí (隋), dice que el riñón almacena la esencia, y a partir de ésta se genera la sangre. Concretamente, la generación de la sangre a partir de la esencia del riñón (肾精, Shèn jīng) se efectúa gracias a la médula (髓, Sui) y a la actividad del hígado.
El riñón (肾, Shèn) gobierna los huesos. La esencia del riñón se transforma en médula (髓, Suǐ) y ésta rellena los huesos (骨, Gǔ) – es por ello que en medicina china se dice que el riñón gobierna los huesos y engendra la médula (肾主骨生髓, Shèn zhǔ gǔ shēng suǐ).-, desde donde y con la acción de este órgano se transforma en sangre. Es por ello que el tercer capítulo del Preguntas elementales, el Tratado del Qì vital que conecta con el Cielo (素问.生气通天论篇第三, Sù wèn. Shēng qì tōng tiān lùn piān dì sān) dice que la esencia del riñón se vierte en los huesos, donde se transforma en médula. Si los huesos y la médula son consistentes, el Qì y la sangre también.
Así, la esencia del riñón es transportada al hígado donde, con la acción de este órgano, se transforma en sangre. De esta manera, el riñón y el hígado juegan un papel muy importante en el proceso de generación de la sangre a partir de la esencia. Es por ello que en medicina china se dice que la esencia y la sangre tienen el mismo origen (精血同源, Jīng xuè tóng yuán). Por lo tanto, las disfunciones que puedan afectar al riñón y/o al hígado inciden igualmente en la producción del líquido sanguíneo y pueden dar lugar a situaciones patológicas relacionadas con un vacío de la sangre (血虚, Xuè xū).
Hay que tener en cuenta que la pareja sangre-Qì (血气, Xuè qì) significa algo diferente y más influyente que la relación entre el líquido-sangre y el poder y la fuerza del Qì. Por una parte, tienen el mismo arranque, ya que ambos provienen de la transformación del agua y los cereales (水谷, Shuǐ gǔ) por parte del bazo y del estómago; de manera que ambos poseen el mismo origen, pero se expresan de manera diferente. El Qì no tiene forma y depende del yáng, la sangre sí la tiene y depende del yīn. Esta última construye, nutre, enriquece y humedece el organismo, mientras que el Qì transforma, moviliza, defiende, calienta, asegura y contiene. Ambos -sangre y Qì– se mezclan para dar lugar a una composición inseparable de ayuda mutua. El Qì genera la sangre a partir de las transformaciones que posibilita y, además, es el impulso del Qì el que hace que la sangre circule, y es la capacidad de contención del Qì la que posibilita que la sangre no se extravase de sus conductos. Es por ello que en medicina china se dice que el Qì es el comandante de la sangre (气为血之帅, Qì wèi xuè zhī shuài).
Por otra parte, los clásicos aseguran que la sangre es la madre del Qì (血为气之母, Xuè wèi qì zhī mǔ). Ello es así porque el Qì circula con la sangre y ésta es el vehículo de su movilidad. Ello queda muy claro por el hecho de que las enfermedades de la sangre afectan al Qì (血病及气, Xuè bìng jí qì). Así, por ejemplo, un vacío de sangre (血虚, Xuè xū) puede conducir a un estancamiento del Qì (气滞, Qì zhì), ya que éste, sin el transporte que le ofrece la sangre, no puede circular fluidamente por su cuenta, de manera que la acción del Qì es nula sin el soporte del yīn-sangre. Todo ello es lo que expresa la pareja sangre-Qì (血气, Xuè qì), un equilibrio yīn yáng tanto en la fisiología como en la patología. Es por ello que sangre-Qì representa el mejor ejemplo de la armonía entre el yīn y el yáng del organismo.