El pulmón está relacionado con la piel y se manifiesta en el sistema piloso 肺在体合皮, 其华在毛 Fèi zài tǐ hé pí, qí huá zài máo

Eduard Genís Sol, mayo del 2020

En el contexto de la pandemia actual de coronavirus, se ha observado un conjunto de efectos ‘secundarios’ entre algunos pacientes aquejados de esta enfermedad que producen un alto grado de desconcierto en la ciencia médica ‘moderna’. Por ejemplo, no logra explicarse por qué un determinado número de pacientes presenta desórdenes dermatológicos como respuesta a un ataque vírico del que piensa que, en principio, sólo afecta al sistema respiratorio. Dichos desórdenes se concretan en cinco:

Erupciones acrales similares a sabañones en manos y pies: Se ha detectado este tipo de lesiones en los pacientes más jóvenes, en las etapas tardías del proceso de la Covid-19, con una duración de 12,7 días y asociadas a un pronóstico menos grave. Representan un 19% de los casos.

Erupciones vesiculosas, principalmente en el tronco y ocasionalmente en las extremidades: Se trata de lesiones similares a las que aparecen en una varicela. Este tipo de manifestación se asocia a una gravedad intermedia y es más frecuente en pacientes de media edad. Suele durar unos diez días y aparece junto con los síntomas generales de la Covid-19; aunque, en ocasiones, antes que ellos. Constituye un 9% del total.

Lesiones urticariformes, sobre todo en el tronco, resto del cuerpo y palmas de las manos: Se trata de una combinación de habones o ronchas y/o angioedema (inflamación de piel y mucosas). Su duración media es de 6,8 días y suele producir un intenso picor. Se ha observado en los pacientes más graves y ha aparecido con mayor frecuencia de forma simultánea a otros síntomas vinculados a la Covid-19. Supone un 19% de los casos.

Máculopápulas dispersas por el cuerpo: Su cuadro dermatológico es similar al de otras infecciones víricas. Dura 8 o 9 días de promedio y también se ha visto en pacientes más graves. Configura un 47% de los casos

Livedoreticularis o necrosis por obstrucción vascular: Se trata de unas marcas en la piel que evocan a una red, similares a las que se producen por una exposición mantenida a una fuente de calor como, por ejemplo, un brasero. Aparecen en pacientes de más edad y más graves (en este grupo se registra un 10% de mortalidad). Los pacientes pueden mostrar grados diferentes de afectación y conforman el 6% de los casos.

Veamos cuál es la aproximación que mantiene la medicina china respecto a este fenómeno aparentemente sorprendente para la biomedicina:

Exteriormente, el pulmón se corresponde con la piel y el sistema piloso (肺外合皮毛, Fèi wài hé pí máo). En conjunto, ello incluye la piel, las glándulas sudoríparas y el vello corporal que cubre el exterior del organismo; y todo ello, a su vez, depende del calentamiento, de la nutrición y de la humidificación propiciadas por el defensivo (卫气, Wèi qì) y por los fluidos fisiológicos. En conjunto, configuran una barrera protectora para resistir la invasión de los perversos externos, efundir los líquidos de la transpiración y regularizar la temperatura corporal. Es por ello que el vigésimo primer capítulo del Preguntas Elementales: un Tratado aparte sobre los canales y los vasos (素问.经脉别论篇第二十一, Sù wèn. Jīng mài bié lùn piān dì èr shí yī) afirma que el pulmón reúne los cien vasos y difunde la esencia a la piel y al sistema piloso, y también es por ello que Táng Róng Chuān (唐容川), en La esencia de los cánones de la medicina (医经精义, Yī jīng jīng yì), dinastía Qīng (清) esgrime que la piel y el vello tienen la función de difundir el Qì del pulmón.

Así, si el pulmón está actuando armoniosamente, gobierna el transporte de la esencia a la piel y al vello corporal (肺主输精于皮毛, Fèi zhǔ shū jīng yú pí máo) y, con ello, piel y vello son vistosos y relucientes, están preservados por el defensivo y pueden resistir el ataque y la invasión de los perversos externos. En cambio, en un contexto patológico, estos perversos pueden penetrar a través de la piel y del sistema piloso y dañar las funciones del pulmón. Es por ello que el trigésimo octavo capítulo del Preguntas Elementales, el Tratado de la tos (素问.咳论篇第三十八,  Sù wèn. Hāi lùn piān dì sān shí bā) pone de manifiesto que la piel y el sistema piloso son atacados por el Qì perverso en primer lugar; después, el Qì perverso se dirige al lugar de la correspondencia de la piel y el sistema piloso. Este lugar de correspondencia es el pulmón.

Por otra parte, tanto si el del pulmón pierde sus funciones de difusión y efusión (肺气失 宣散, Fèi qì shī xuān sán), como en el caso de una falta de solidez del defensivo (卫气不固, Wèi qì bù gù), ni este último puede proteger, ni las esencias sutiles del agua y de los cereales (水谷之精微, Shuǐ gǔ zhī jīng wēi) pueden nutrir e hidratar el exterior del cuerpo. El resultado de todo lo cual es que la piel, las carnes y el sistema piloso aparecen desnutridos, deshidratados y resecos; y, como consecuencia, los perversos externos pueden invadir con facilidad; y/o la falta de control sobre la apertura y el cierre de los poros puede propiciar tanto una transpiración espontánea, como una ausencia de transpiración. Es por todo ello que el pulmón gobierna la piel y el vello corporal (肺主皮毛, Fèi zhǔ pí máo); y es por ello que, para la medicina china, es perfectamente natural que una patología pulmonar repercuta directamente en desórdenes dermatológicos, dada la estrecha conexión entre el pulmón y la piel.

Como ejemplos, uno de los mecanismos generadores del acné común (寻常痤疮, Xún cháng cuó chuāng) es un calor en el canal del pulmón (肺经有热, Fèi jīng yǒu rè); la urticaria (荨麻疹, Xún má zhěn) puede derivar de una debilidad del defensivo (卫气弱, Wèi qì ruò) -recordemos que el defensivo forma parte de la esfera del pulmón-; la rosácea (酒渣鼻, Jiǔ zhā bí) puede producirse a partir de una sobrepresión de calor en el pulmón y el estómago (肺胃热郁, Fèi wèi rè yù); o el angioedema (血管性水肿, Xuè guǎn xìng shuǐ zhǒng) puede provenir tanto de una sequedad-calor en el bazo y en el pulmón, con un estancamiento de viento-calor (脾肺燥热与风热滞, Pí fèi zào rè yǔ fēng rè zhì), como de un vacío del del bazo y el del pulmón, con viento y frío que luchan entre sí (脾肺气虚与风寒互相打斗, Pí fèi qì xū yǔ fēng hán hù xiāng dǎ dòu). Finalmente, la esclerodermia (硬皮病, Yìng pí bìng), o esclerosis sistémica, una enfermedad autoinmune, crónica y multisistémica del tejido conectivo (o conjuntivo) y caracterizada por fibrosis o cambios degenerativos en la piel, las articulaciones y los órganos internos, puede configurarse a partir de una invasión de viento-humedad que obstruye el defensivo (风湿实卫气阻, Fēng shī shí wèi qì zǔ).

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