Eduard Genís Sol, mayo del 2020
Qì pestilente (疠气, Lì qì), o Qì epidémico (疫气, Yì qì), es el nombre que reciben los perversos externos (外邪, Wài xié) causantes de enfermedades epidémicas (疫病, Yì bìng) que, por definición, son altamente contagiosas. Tanto el Qì epidémico como las enfermedades epidémicas reciben numerosos nombres alternativos: Qì pestilente epidémico (疫疠之气, Yì lì zhī qì), Qì anormal (异气, Yì qì), Qì misceláneo (杂气, Zá qì), pestilencia epidémica (疫疠, Yì lì), toxicidad pestilente (疠毒, Lì dú) o toxicidad epidémica (疫毒, Yì dú). En nuestros días, estamos familiarizados con el Qì pestilente a partir de enfermedades epidémicas tales como el ébola, el SARS o, recientemente, el Covid-19.
Según la medicina china las enfermedades epidémicas (疫病, Yì bìng) poseen cinco características definitorias:
– Son altamente contagiosas.
– Afectan simultáneamente a una extensa población de un determinado contexto geográfico.
– Son graves y, a veces, fatales.
– Su desarrollo tras la contracción es rápido.
– Cada enfermedad epidémica se caracteriza por manifestaciones y cursos similares en todos los individuos afectados. Se atribuyen diferentes enfermedades epidémicas a diferentes tipos de Qì epidémico (疫气, Yì qì).
La razón por la cual las epidemias son tan contagiosas está relacionada con la naturaleza extremadamente tóxica del Qì perverso (邪气, Xié qì) causante de las mismas. Y la progresión de la enfermedad causada por perversos epidémicos se resume en una invasión de un Qì pestilente (疠气, Lì qì) seguida del debilitamiento del Qì correcto (正气, Zhèng qì) de la persona afectada, con lo cual la capacidad de respuesta del organismo queda muy mermada.
El tratamiento del Qì pestilente (疠气, Lì qì) dispone de diversos referentes teóricos históricos basados en la identificación de patrones según las seis configuraciones (六经辨证, Liù jīng biàn zhèng), en la identificación de patrones según los cuatro aspectos (四分辨证, Sì fēn biàn zhèng) y en la identificación de patrones según el triple calentador (三焦辩证, Sān jiāo biàn zhèng), que son tres de los múltiples métodos de identificación de los que dispone la medicina china. Pero, es en el Tratado de pestilencia epidémica (温疠论, Wēn lì lùn), de Wú Yòu Kě (吴又可), que vivió a caballo entre las dinastías Míng y Qīng (明清), dónde se estableció que “las epidemias no son enfermedades causadas sólo por el viento, el frío, la canícula o el frío, sino que representan un tipo de perverso (邪气, Xié qì) completamente diferente». Esta afirmación enfatiza que la enfermedad epidémica no solo está influenciada por los seis excesos climáticos (六淫, Liù yín), sino que es más similar a lo que el antiguo diccionario de la dinastía Hàn (汉) -el Definiciones de pictogramas simples y complejos (說文解字, Shuō wén jiě zì)- describe como un Qì anormal (异气, Yì qì).
A título de ejemplo, tanto el SARS (Síndrome respiratorio agudo severo) del 2003, como el Covid-19, que aparece a nivel de pandemia el 2020, se consideran un Qì pestilente (疠气, Lì qì) y, dada la presentación clínica y la naturaleza altamente infecciosa de ambos, pueden clasificarse como perversos del calor tóxicos y epidémicos (温疫毒邪, Wēn yì dú xié). Si observamos el mecanismo de la enfermedad del SARS, por ejemplo, se trata de una acumulación de calor–humedad tóxica (湿热温毒, Shī rè wēn dú) que obstruye el calentador superior (上焦, Shàng jiāo) y el medio (中焦, Zhōng jiāo), con lo cual afecta principalmente a los sistemas pulmonar y digestivo. Y al analizar la fiebre, la tos seca y la opresión torácica de la etapa inicial, seguidas de falta de apetito y disnea en una etapa posterior, podemos ver que el Covid-19 no es muy diferente del SARS, ya que también afecta principalmente a los calentadores superior y medio (al pulmón y al bazo).
El Tratado de pestilencia epidémica (温疠论, Wēn lì lùn) sostiene que la aparición de las enfermedades está siempre estrechamente relacionada con factores climáticos y ambientales específicos. Por lo tanto, para tratar la pestilencia de manera efectiva, deben considerarse en conjunto tanto los factores climáticos como la presentación clínica y el mecanismo básico de la enfermedad. Desde esta perspectiva holística, el Covid-19 puede evaluarse como un frío-humedad perverso (寒湿邪, Hán shī xié) -aparece durante el frío invierno chino y en Wǔhàn (武汉), una ciudad especialmente húmeda-, que luego se transforma en calor (化热, Huà rè); y no en un calor ligero o moderado, sino que al cabo de pocos días se convierte en un calor tóxico (热毒, Rè dú) que se instala en el pulmón y daña enormemente los fluidos y las funciones pulmonares. Observando la progresión de los signos de los pacientes, éstos empiezan con una efusión de calor (发热, Fā rè) -o fiebre-, tos seca (干咳, Gān ké) y aversión al frío con escalofríos (恶寒战栗, Wù hán zhàn lì) en la etapa temprana; con fiebre moderadamente alta (中度高烧, Zhōng dù gāo shāo), confusión mental (精神混乱, Jīng shén hǔn luàn), opresión torácica (胸闷, Xiōng mèn) y disnea (气喘, Qì chuǎn) en su etapa intermedia; y con fatiga (疲倦, Pí juàn), sequedad bucal (口涩, Kǒu sè) y pérdida del apetito (食欲不振, Shí yù bù zhèn) en la etapa tardía. Por lo tanto, podemos resumir los factores causales del Covid-19 como frío (寒, Hán), humedad (湿, Shī), calor (热, Rè), toxicidad (毒, Dú), estancamiento (郁, Yù) y vacío (虚, Xū); y este esquema básico nos proporciona una pauta para tratarlo en las diferentes etapas de la enfermedad.
En términos de tratamiento, y prescindiendo del origen del Qì perverso (邪气, Xié qì), en casos de Qì pestilente (疠气, Lì qì) siempre lo más importante es proteger el Qì correcto (正气, Zhèng qì) y prevenir la invasión del Qì perverso. Por lo tanto, las estrategias de la medicina china no buscan “matar el virus”, sino reforzar el Qì correcto (正气, Zhèng qì) de la persona para disipar los perversos y facilitar su salida del cuerpo. Es por ello que Yè Tiān Shì (葉天士), dinastía Qīng (清) y el representante más destacado de la escuela de las enfermedades febriles (温病派, Wēn bìng pài), en los tratamientos de dichas enfermedades elegía expulsar el viento (驱风, Qū fēng) para lograr la disipación externa del calor, y también secar la humedad (燥湿, Zào shī) con el objetivo de atraer el calor hacia abajo, pero nunca atacar el calor directamente; y, al hacerlo de esta manera, se puede eliminar la enfermedad sin dañar el Qì correcto (正气, Zhèng qì). Asimismo, Yè Tiān Shì constató que las enfermedades febriles pueden cambiar de dirección en el curso de su progresión, con lo cual una dolencia de este tipo comienza en el pulmón, pero puede moverse en varias direcciones. Con ello, esta clase de enfermedades debe tratarse de acuerdo con su progresión normal, pero también hay que prestar mucha atención al proceso de evaluación de las etapas más críticas de la enfermedad, que pueden ocurrir después de una reversión.
Así, en la concepción de los métodos de tratamiento (治法, Zhì fǎ) de Covid-19, es importante en la etapa inicial disipar los perversos empujando el calor hacia fuera (推热出, Tuī rè chū) y transformando la humedad (化湿, Huà shī). Para la primera de estas acciones, hay que saber que la utilización de remedios frescos y picantes que resuelven el exterior (辛凉解表药, Xīn liáng jiě biǎo yào) permite que el calor escondido en el aspecto sangre sea conducido hacia fuera, hacia el exterior, donde el Qì correcto (正气, Zhèng qì) pueda pelear con él y neutralizarlo.
En la etapa intermedia, cuando el calor estancado se ha vuelto tóxico (热毒, Rè dú), el método continua siendo empujar el calor hacia fuera y disipar el perverso (推热出祛邪, Tuī rè chū qū xié), y resolver el exterior y transformar la humedad (解表化湿, Jiě biǎo huà shī); y, en la etapa tardía, cuando los fluidos yīn están dañados, el Qì correcto (正气, Zhèng qì) está débil y el perverso se ha vuelto abrumador, es importante suplementar el Qì correcto y disipar el perverso (补正气祛邪, Bǔ zhèng qì qū xié) al mismo tiempo que nutrir el yīn (养阴, Yǎng yīn), dado que éste ha quedado muy mermado tras soportar un calor intenso de forma sostenida.
Otro aspecto importante es la dieta. Teniendo en cuenta que el Qì pestilente (疠气, Lì qì) del Covid-19 supone una inmensa acumulación de calor tóxico (热毒, Rè dú) en el interior de nuestro organismo, lo peor que nos puede suceder es que ya tengamos acumulado en él un calor previo; por lo tanto, hay que olvidarse de dietas ‘yanguinizadas’ a base de carnes, embutidos, salsas, alimentos picantes y alcohol, que propician un “interior caliente” que facilitaría enormemente la expansión del calor perverso (el virus). Contrariamente, hay que priorizar una dieta ligera y blanda (轻淡, Qīng dàn), a base de verduras, pescado y frutas (especialmente la pera y la piña), a la que vale la pena introducir dos de los alimentos-medicamentos que enriquecen la esencia (滋精, Zī jīng) y que pueden encontrarse fácilmente en occidente: las bayas de goji (枸杞子, Gǒu qǐ zǐ) y las semillas de sésamo negro (黑芝麻, Hēi zhī má). Y enriquecer la esencia es una buena forma de suplementar el Qì correcto (补正气, Bǔ zhèng qì) para que pueda plantar cara al Qì perverso (邪气, Xié qì) -el virus- en caso de ser necesario.