Eduard Genís Sol, mayo del 2021.
Las enfermedades del riñón pueden afectar a los otros órganos internos y, de esta manera, perjudicar sus respectivas funciones. De igual modo, las afectaciones crónicas de los otros órganos pueden acabar afectando al riñón.
Un vacío de yáng del riñón (肾阳虚, Shèn yáng xū), por ejemplo, puede tener múltiples repercusiones. El riñón almacena el yáng original (元阳, Yuán yáng) y es la raíz del yáng Qì del cuerpo entero. El yáng Qì, también conocido como “el fuego de la puerta de la vida (命门之火, Mìng mén zhī huǒ)”, despliega una serie de funciones fisiológicas imprescindibles: el calentamiento (温煦, Wēn xù), la vaporización (蒸, Zhēng), la transformación del Qì (气化, Qì huà) y la propulsión (推动, Tuī dòng). Si el yáng del riñón se vacía, se pueden producir disfunciones del calentamiento, de la vaporización, de la transformación del Qì y de la propulsión; de manera que un vacío del yáng del riñón puede conducir a múltiples desórdenes funcionales en numerosos aspectos del organismo además de en el propio riñón. Analizaremos dos consecuencias genéricas fundamentales: un calentamiento deteriorado (温热失职, Wēn rè shī zhí) y una incapacidad del fuego de calentar la tierra (火不暖土, Huǒ bù nuǎn tǔ):
– Calentamiento deteriorado (温热失职, Wēn rè shī zhí): El riñón es la raíz del Cielo anterior (肾为先天殖本, Shèn wèi xiān tiān zhí běn). Tiene las funciones de calentar las vísceras, las entrañas y los vasos sanguíneos de todo el cuerpo y de estimular el rendimiento normal de las actividades vitales. Si el yáng del riñón es deficiente, no puede controlar el yīn, situación que deriva en un yīn exuberante con frío interno. Así, si el yáng del riñón está agotado, no podrá calentar las cinco vísceras, las seis entrañas, los cuatro miembros y los cien huesos; por lo tanto, la generación de calor será insuficiente y el yáng Qì no podrá alcanzar las extremidades, que estarán frías, especialmente las inferiores. Asimismo, si el yáng no puede propulsar el Qì y la sangre, éstos no podrán nutrir la cara, los ojos y la lengua, que se mostrarán pálidos. De la misma manera, un yáng del riñón deficiente no podrá calentar ni las lumbares, ni las rodillas, situación que generará un dolor frío en ellas. Además, la falta de calentamiento, de propulsión y de estimulación reduce la funcionalidad de los órganos y, con ello, puede propiciar disfunciones tales como una apatía de la esencia-espíritu (精神, Jīng shén) -o conciencia y reflexión-, una cabeza nublada o acúfenos. De la misma manera, un agotamiento del yáng del riñón incide en la capacidad de eliminación de las heces y de la orina, y se producen heces deshechas y micciones largas de orina clara. Finalmente, si el yáng del riñón no puede calentar el yáng defensivo (卫阳, Wèi yáng) -o Qì defensivo (卫气, Wèi qì)-, éste perderá su capacidad de asegurar y contener (固涩, Gù sè) y, con ello, se producirá una transpiración espontánea y una contracción recurrente de resfriados/gripes. La debilidad del riñón producirá una lengua pálida con la saburra blanca y un pulso, lento (迟脉, Chí mài) y profundo (沉脉, Chén mài).
– Incapacidad del fuego de calentar la tierra (火不暖土, Huǒ bù nuǎn tǔ): El riñón almacena el yáng Qì; este yáng del riñón es la raíz del yáng Qì de todo el organismo. Tiene la función de propulsar y la de calentar las vísceras, las entrañas, los canales y sus colaterales y los tejidos. Por otra parte el bazo-tierra gobierna el transporte y la transformación (运化, Yùn huà) y, para llevarlo a cabo, necesita la colaboración de la función de calentamiento del yáng del riñón; de manera que si este último está debilitado, no podrá llevar a cabo estas funciones de forma adecuada y ello puede llevar a que se produzca una distensión abdominal, vómitos y diarrea. Esta última puede aparecer durante el canto del gallo (alrededor de las cinco de la madrugada), el momento en que el yáng puro (清阳, Qīng yáng) tendría que empezar a ascender y que, en lugar de ello, desciende para generar lo que se conoce como “diarrea del canto del gallo o diarrea de las cinco de la madrugada”.
Simultáneamente, la debilidad del fuego de la puerta de la vida (命门之火, Mìng mén zhī huǒ) priva a las lumbares de calor y de nutrición, lo que generará lumbalgia. Además, si el transporte y la transformación del bazo no funcionan adecuadamente, el yáng puro no podrá ascender y, debido a ello, no despertará al espíritu del corazón (心神, Xīn shén), y ello provocará una apatía de la esencia-espíritu (精神, Jīng shén), o conciencia y reflexión. Y, si el bazo no puede producir la esencia del Cielo posterior (后天之精, Hòu tiān zhī jīng) para nutrir el organismo, habrá un adelgazamiento progresivo.
En un vacío del yīn del riñón (肾阴虚, Shèn yīn xū), por otra parte, debemos tener en cuenta que el yīn del riñón es la raíz de los humores yīn de todo el cuerpo, y que tiene la función de nutrir y humedecer las vísceras, las entrañas y los órganos sensoriales. Por otra parte, el yīn y el yáng del riñón dependen el uno del otro para su existencia, crecimiento y declive. Si ambos aspectos, yīn y yáng, están en plenitud, mantienen las funciones fisiológicas normales del organismo; pero tanto la debilidad propia de la vejez, como las enfermedades crónicas, los excesos sexuales y el uso constante de alimentos picantes o secantes, acaban debilitando el yīn del riñón, que es la reserva del yīn de todo el organismo y el que actúa de ‘proveedor universal’ para paliar estos vacíos.
Así, una deficiencia del yīn del riñón puede manifestarse con una serie de cambios relacionados con la pérdida de nutrición de las vísceras, las entrañas y los órganos sensoriales; cambios que vienen causados por la insuficiencia de los humores yīn. Por ejemplo, se puede producir un vacío del yīn del hígado y del riñón (肝肾阴虚, Gān shèn yīn xū) o un vacío del yīn del pulmón y del riñón (肺肾阴虚, Fèi shèn yīn xū), que, a su vez, puede dar lugar a un calor vacío que invade el pulmón (虚热犯肺, Xū rè fàn fèi).
– Vacío del yīn del hígado y del riñón (肝肾阴虚, Gān shèn yīn xū): El hígado y el riñón comparten el mismo origen y mantienen una relación especial y estrecha: el hígado viene asociado con la puerta de la vida/fuego ministerial (命门/相火, Mìng mén/ xiāng huǒ), que tiene su raíz en el yáng del riñón (肾阳, Shèn yáng). Además, la sangre del hígado (肝血, Gān xuè) y la esencia del riñón (肾精, Shèn jīng) están estrechamente asociadas, ya que se necesita un excedente de sangre para generar esencia del Cielo posterior (后天之精, Hòu tiān zhī jīng), mientras que la esencia del riñón es necesaria para generar y transformar la sangre; es por todo ello que se dice que el hígado y el riñón comparten el mismo origen (肝肾同源, Gān shèn tóng yuán). También podemos decir que el hígado y el riñón se generan mutuamente (肝肾相生, Gān shèn xiāng shēng), ya que, por otra parte, el yīn del riñón (肾阴, Shèn yīn) nutre y humedece el hígado, mientras que el yáng del riñón (肾阳, Shèn yáng) lo calienta y vaporiza. Además, la sangre del hígado (肝血, Gān xuè) ayuda a la producción de la esencia del riñón (肾精, Shèn jīng) y la esencia puede transformarse tanto en yīn como en yáng.
Así, el yīn del hígado y el del riñón pueden enriquecerse y generarse mutuamente, razón por la cual un vacío de uno de ellos se transmitirá al otro y, si ello sucede, pueden apreciarse signos de uno y otro patrón.
– Vacío del yīn del pulmón y del riñón (肺肾阴虚, Fèi shèn yīn xū): Este patrón puede iniciarse tanto a partir de un vacío del yīn del pulmón que acaba agotando el yīn del riñón, como desde un vacío de este último, que acaba generando un calor vacío que invade el pulmón (虚热犯肺, Xū rè fàn fèi). El riñón pertenece al agua (肾属于水, Shèn shǔ yú shuǐ), el pulmón, al metal (肺属于金, Fèi shǔ yú jīn); el riñón gobierna el agua (肾主水, Shèn zhǔ shuǐ), el pulmón la genera (肺生水, Fèi shēng shuǐ). El canal del riñón, yīn menor del pie (足少阴肾经, Zú shǎo yīn shèn jīng), enlaza con la espina dorsal, regresa al riñón y envuelve la vejiga antes de penetrar directamente en el pulmón; de manera que, a través de la conexión de su canal con la parte superior del cuerpo, el riñón tiene influencia sobre el pulmón. Si el riñón enferma, ello afectará invariablemente el pulmón y dañará sus funciones. Si un agotamiento del yīn del riñón hace que el fuego vacío ascienda internamente, este fuego puede invadir el pulmón y quemar los líquidos. Si ello sucede, el pulmón quedará privado de enriquecimiento y de humedecimiento, los lóbulos pulmonares se secarán y se marchitarán, la depuración quedará dañada y el Qì del pulmón ascenderá a contracorriente, produciendo una marchitez pulmonar que se manifestará con tos, expectoraciones turbias y babas espumosas. Asimismo, el fuego vacío dañará los colaterales del pulmón y forzará a la sangre a moverse frenéticamente, situación que se manifestará con tos (咳嗽, Ké sòu) y expectoraciones de sangre (咳血, Ké xuè) -hemoptisis-. De la misma manera y a causa de la falta de nutrición, habrá dolor lumbar y en las rodillas, y también se producirá adelgazamiento (消瘦, Xiāo shòu), dado que, con el agotamiento de los líquidos, el pulmón no podrá nutrir el cuerpo con ellos. Adicionalmente, el fuego vacío producirá un calor molesto en los cinco corazones, enrojecimiento de las mejillas, transpiración nocturna, acúfenos y sordera. Todo ello acompañado de una lengua roja con la saburra espesa y un pulso profundo (沉脉, Chén mài) y grande (大脉, Dà mài).