Eduard Genís Sol, junio del 2022
El corazón tiene el cargo de emperador y, además, gobierna la sangre y los vasos del cuerpo entero; transporta los nutrientes e irriga los cuatro miembros y los cien huesos. Internamente, humedece las cinco vísceras y las seis entrañas; externamente, nutre la piel, el cabello y los intersticios. También gobierna la mente conciente, con lo cual regula la esencia-espíritu, o conciencia y reflexión. Además, el corazón gobierna las cinco vísceras y las seis entrañas -con lo cual supervisa sus funciones- y dirige el cuerpo entero. Asimismo, el corazón se corresponde con los vasos, su resplandor se manifiesta en la cara, se abre en la lengua y mantiene una relación interior-exterior con el intestino delgado. Las irregularidades en el funcionamiento del corazón se manifiestan sobre todo en dos tipos de mecanismos patológicos: anormalidades de la sangre y los vasos y cambios en la mente conciente.
Anormalidades de la sangre y los vasos (血脉异常, Xuè mài yì cháng)
Si las funciones del corazón se irregularizan, se pueden desarrollar una serie de patologías: si el transporte de la sangre y el gobierno de los vasos está perjudicado, la sangre no podrá nutrir adecuadamente ni el corazón-órgano, ni la cabeza, ni la cara, ni los cuatro miembros, ni los órganos internos.
Cambios en la mente consciente (神志改变, Shén zhì gǎi biàn)
Las enfermedades de la conciencia y la reflexión (精神, Jīng shén) y de la mente conciente (神志, Shén zhì), es decir, las alteraciones de la lucidez de la persona, están adscritas al corazón. Si el corazón no puede gobernar la mente consciente, las actividades de la consciencia y la reflexión se irregularizan y se alteran. Este mecanismo patológico se manifiesta en forma de un espíritu del corazón privado de nutrición, de un espíritu del corazón acosado o de un espíritu del corazón ingobernado. Si el espíritu del corazón está privado de nutrición, no puede gobernar ni controlar las actividades ordinarias de la consciencia y el pensamiento. Ello conduce a un estado de intranquilidad de la mente, a un pensamiento confuso, a una apatía mental o a una reducción de la capacidad memorística. Si se ve acosado por perversos, ello supondrá una conmoción del corazón que se manifestará en forma de irritabilidad, insomnio y sueños profusos y, en los casos graves, en forma de agitación, de desarreglos mentales o de retirada (癫, Diān), que es un tipo de ‘locura’ caracterizada por una expresión indiferente, falta de comunicación, silencios prolongados y obnubilación. Finalmente, si el espíritu del corazón está dañado, queda ingobernado y flota descarriado. En los casos moderados, se produce somnolencia, abstracción y modorra; en los graves, un habla delirante, una agitación frenética o un colapso súbito.