Eduard Genís Sol, junio del 2014
Existen unos cuantos mecanismos causantes de las hemorragias. Son los siguientes:
– Calor en la sangre (血热, Xuè rè): Si un calor excesivo -tanto un calor plenitud como un calor vacío- se transmite a la sangre y daña los vasos sanguíneos, puede producir un movimiento frenético de sangre caliente (血热妄行, Xuè rè wàng xíng). Ésta se escapa de sus conductos en forma de hemorragia de sangre roja, espesa y pegajosa. Dicha hemorragia puede acompañarse de efusión de calor (fiebre), cara roja, estreñimiento, orina escasa y oscura, irritabilidad, lengua roja y un pulso rápido. Este mecanismo puede generar diversos tipos de hemorragias, tales como disentería sangrienta, epistaxis, hematemesis, hematuria, hemoptisis, inundaciones y pérdidas, púrpura y sangre en las heces. Para tratarlo, habrá que refrescar la sangre y detener las hemorragias.
– Estasis de sangre (血瘀, Xuè yū): En este caso, la sangre espesada obstruye los vasos, y la sangre nueva que llega se escapa de los mismos en forma de hemorragia. La estasis puede provenir tanto de un estancamiento del Qì, como de un vacío del Qì, o de frío en los canales, o de calor en el aspecto sangre. Se trata de una sangre de coloración rojo oscuro, espesa y, habitualmente, con coágulos. Se presenta con un escenario de dolor punzante (刺痛, Cì tòng) en una ubicación anatómica fija, equimosis fácil, petequias, una lengua púrpura y un pulso rugoso. Este mecanismo puede generar epistaxis, hematemesis, hematuria, hemoptisis, inundaciones y pérdidas, púrpura y sangre en las heces. Para tratarlo, habrá que transformar la estasis y detener las hemorragias.
– El bazo no puede controlar la sangre (脾不统血, Pí bù tǒng xuè): Si el bazo no puede cumplir con su función de mantener la sangre dentro de los vasos sanguíneos, se pueden producir hemorragias ya que la sangre no puede permanecer en ellos (血不归经, Xuè bù guī jīng). En este caso, la sangre se presenta con una coloración rojo-pálido y una consistencia diluida. El cuadro se puede acompañar de una cara pálida, inapetencia, heces desechas, lasitud, una lengua pálida y un pulso débil. Lo podemos encontrar en casos de epistaxis, gingivorragia, hematuria, hematemesis, menstruaciones profusas e inundaciones y pérdidas. Para tratarlo, habrá que fortalecer el bazo, beneficiar/elevar el Qì y detener las hemorragias.
– Falta de solidez de los vasos penetrante y controlador (冲任不固, Chōng rèn bù gù): Se trata de un patrón ginecológico que supone un mecanismo similar al anterior, pero circunscrito al ámbito femenino y añadiéndole un componente de frío en los canales. Se manifiesta mediante menstruaciones profusas, inundaciones y pérdidas (metrorragia), descargas vaginales o abortos. Para tratarlo, habrá que calentar los canales y detener las hemorragias.
– Hemorragias por lesiones externas (外伤出血, Wài shāng chū xuè): Se producen a partir de lo que se conoce como ‘golpes y caídas’ (跌打, Diē dǎ), concepto que incluye toda clase de traumatismos, contusiones, cortes y heridas. En este caso, simplemente hay que detener la hemorragia con astringencia.
Asimismo, hay que tener en cuenta de que en caso de una hemorragia masiva, el Qì deserta con la sangre (气随血脱, Qì suí xuè tuō). En este caso, la primera prioridad es impulsar, aumentar, beneficiar el Qì (血脱先益气, Xuè tuō xiān yì qì), concretamente el Qì original (元气, Yuán qì). Para ello, el remedio clave que hay que escoger es Rén Shēn, el ginseng.
Por lo que hace referencia a los diferentes tipos de hemorragias, éstos son los siguientes:
– Disentería sangrienta (血腥痢疾, Xuè xīng lì jí).
– Expectoraciones de sangre -o hemoptisis- (咯血, Kā xuè).
– Hemorragia de las encías -o gingivorragia- (牙龈出血, Yá yín chū xuè).
– Hemorragia nasal -o epistaxis- (衄血, Nǜ xuè).
– Inundaciones y pérdidas -o metrorragia- (崩漏, Bēng lòu).
– Menstruaciones profusas -o menorragia- (月经过多, Yuè jīng guò duō).
– Púrpura trombopénica (紫癜, Zǐ diàn).
– Sangre en las heces -o hemafecia- (便血, Biàn xuè).
– Sangre en la orina -o hematuria- (尿血, Niào xuè).
– Vómitos de sangre -o hematemesis- (吐血, Tù xuè).