Eduard Genís Sol, septiembre del 2016
Los antibióticos sirven para tratar infecciones bacterianas, aunque no son eficaces contra las víricas o las fúngicas. Bien empleados son geniales, pero una mala praxis los puede convertir en letales.
Desde el punto de vista de la farmacopea china, el sabor de los antibióticos es amargo, su naturaleza es fría y su tropismo es hacia el pulmón, el bazo, el estómago, el riñón y la vejiga. Vamos a ver qué nos dice la medicina china a propósito del sabor amargo y la naturaleza fría:
El sabor amargo (苦味, Kǔ wèi) pertenece al yīn y es descendente (降, Jiàng) y centrípeto (浮, Fú). Posee una acción drenante (泻, Xiè) y secante (燥, Zào). Además, también consolida el yīn (坚阴, Jiān yīn). Ello quiere decir que drena el fuego (泻火, Xiè huǒ) y nutre el yīn (养阴, Yǎng yīn) simultáneamente. Cuando se asocia con la naturaleza fría (寒性, Hán xìng), clarifica el calor (清热, Qīng rè) y drena el fuego y resuelve la toxicidad (泻火解毒, Xiè huǒ jiě dú). Por otra parte, la combinación amargo-frío también clarifica el calor y seca la humedad (清热燥湿, Qīng rè zào shī), hace descender el fuego (降火, Jiàng huǒ) y consolida el yīn (坚阴, Jiān yīn). Hay que decir que los remedios de sabor amargo poseen una acción drenante (泻, Xiè) muy fuerte, y algunos de ellos no deben administrarse, o bien deben administrarse con precaución, a las personas mayores, a las personas con una constitución física débil, o a las mujeres embarazadas.
El Qì frío (寒气, Hán qì) clarifica el calor y drena el fuego (清热泻火, Qīng rè xiè huǒ); es decir, enfría el organismo y ralentiza el metabolismo y las funciones orgánicas. Clarificar el calor (清热, Qīng rè) implica dispersar la acumulación de yáng Qì que lo produce. El concepto de fuego (火, Huǒ) hace referencia a una acumulación de calor de mayor intensidad. Y drenar el fuego (泻火, Xiè huǒ) es una acción más fuerte que la de clarificar el calor, e implica expulsarlo del organismo por vía fecal o urinaria. Además, la naturaleza fría también nutre el yīn (养阴, Yǎng yīn) y hace descender el yáng (降阳, Jiàng yáng), refresca la sangre (凉血, Liáng xuè), resuelve la toxicidad (解毒, Jiě dú) y tiende a propiciar un movimiento de descenso (降, Jiáng). Paralelamente, hay que tener en cuenta que el Qì frío también presenta inconvenientes, ya que daña el yáng Qì, especialmente el del calentador medio (中焦, Zhōng jiāo); es decir, el del bazo y el del estómago.
Por otra parte, en medicina china existe el concepto de “calor tóxico’ (热毒, Rè dú)”, que hace referencia a estados inflamatorios severos, infecciones piógenas y determinadas enfermedades víricas o bacterianas. Para tratarlo, hay que “clarificar el calor y resolver la toxicidad (清热解毒, Qīng rè jiě dú)”. Teniendo en cuenta que una infección bacteriana en términos de medicina china no es más que calor tóxico, ésta es exactamente la acción que despliegan los antibióticos: clarifican el calor y resuelven la toxicidad. De hecho, si los ubicáramos entre la materia médica china, los buscaríamos en el subgrupo de remedios que clarifican el calor y resuelven la toxicidad (清热解毒药, Qīng rè jiě dú yào) que, al incluirlos, quedaría de la siguiente manera:
白花蛇舌草 Bái Huā Shé Shé Cǎo
败酱草 Bài Jiàng Cǎo
白头翁 Bái Tóu Wēng
板蓝根 Bǎn Lán Gēn
穿心莲 Chuān Xīn Lián
大青叶 Dà Qīng Yè
红藤 Hóng Téng
金银花 Jīn Yín Huā
抗菌素 Kàng jùn sù (antibióticos)
连翘 Lián Qiáo
漏芦 Lòu Lú
马勃 Mǎ Bó
马齿苋 Mǎ Chǐ Xiàn
木芙蓉叶 Mù Fú RóngYè
蒲公英 Pú Gōng Yīng
青黛 Qīng Dài
山豆根 Shān Dòu Gēn
射干 Shè Gān
土茯苓 Tǔ Fú Líng
鸦胆子 Yā Dǎn Zǐ
鱼腥草 Yú Xīng Cǎo
紫花地丁 Zǐ Huā Dì Dīng.
Dicho esto, si contemplamos las “instrucciones de uso” de este subgrupo de la materia médica china veremos que dicen lo siguiente: “Desde la óptica de su utilización clínica, hay que diferenciar las manifestaciones sintomáticas del foco de calor tóxico que las produce, con el objetivo de asociar los remedios de este grupo con los de otros grupos. Así, si el calor tóxico se sitúa en el aspecto sangre, los asociaremos con remedios que clarifican el calor y refrescan la sangre (清热凉血药, Qīng rè liáng xuè yào). Si el trasfondo es de calor plenitud o fuego, los asociaremos con remedios que clarifican el calor y drenan el fuego (清热泻火药, Qīng rè xiè huǒ yào). Si la humedad está presente, los combinaremos con remedios aromáticos que transforman la humedad (芳香化湿药, Fāng xiāng huà shī yào). Es decir, siempre hay que tratar el patrón o patrones que coexisten con el calor tóxico. Además, si el paciente está débil, o se trata de niños o de personas de edad avanzada, combinaremos estos medicamentos con remedios que suplementan y benefician (补益药, Bǔ yì yào), con el objetivo de preservar el Qì correcto (正气, Zhèng qì)”.
Bien, todo esto forma parte de la forma de pensar de la medicina china, que busca tratar, además de la manifestación, la raíz de la enfermedad y, además, sin producir efectos secundarios no deseados. Si aplicamos esta forma de pensar a los antibióticos, vemos que, al ser amargos y fríos, clarifican el calor y resuelven la toxicidad y, con ello, acaban con las infecciones bacterianas; el problema es que generan efectos secundarios no deseados: cansancio, náuseas, heces deshechas o diarrea, malestar intestinal e impotencia transitoria. Todos ellos, en conjunto, nos apuntan directamente a un vacío del yáng del bazo y del riñón (脾肾阳虚, Pí shèn yáng xū). ¿Por qué? Porque al administrar antibióticos, especialmente a largo plazo, se ha producido yatrogénesis ya que no se han seguido las siguientes consideraciones básicas:
– El Qì frío daña el yáng Qì, especialmente el del calentador medio (中焦, Zhōng jiāo); es decir, el del bazo y el del estómago.
– Hay que diferenciar las manifestaciones sintomáticas del foco de calor tóxico que las produce, con el objetivo de asociar los remedios de este grupo con los de otros grupos.
– Si el paciente está débil, o se trata de niños o de personas de edad avanzada, combinaremos estos medicamentos con remedios que suplementan y benefician (补益药, Bǔ yì yào), con el objetivo de preservar el Qì correcto (正气, Zhèng qì)”.
Si analizamos uno a uno los efectos ‘colaterales’ más evidentes que producen los antibióticos veremos lo siguiente:
El cansancio se debe a un vacío del Qì del bazo (脾气虚, Pí qì xū), ya que la naturaleza fría de los antibióticos daña las funciones de transformación y transporte del bazo (脾运化, Pí Yùn Huà), con el resultado de un vacío del Qì de esta víscera, y el cansancio es la primera manifestación de una falta de Qì.
Las heces deshechas con posibles restos de alimentos no digeridos (heces lientéricas), tienen el mismo origen: si la transformación y transporte del bazo no funciona adecuadamente, habrá un exceso de líquidos no metabolizados que sobrehumedecerán las heces, deshaciéndolas con ello.
Las náuseas se producen en un estadio posterior: cuando la ingesta de antibióticos va aumentando día tras día, el transporte y la transformación del bazo va quedando más y más dañado, con lo cual los líquidos no transformados ni transportados se acumulan en el calentador medio en forma de humedad; ésta combina con el frío inducido por los antibióticos y ambos perversos se asocian para generar un patrón conocido como frío-humedad gravando el bazo (寒湿困脾, Hán shī kùn pí). La humedad es densa y obstruye el descenso del Qì del estómago que, en lugar de descender, asciende patológicamente produciendo la sensación de náusea.
La diarrea y el malestar intestinal siguen el siguiente recorrido: posteriormente a un vacío del Qì del bazo (脾气虚, Pí qì xū) se desarrolla un vacío del yáng del bazo (脾阳虚, Pí yáng xū). Éste se presenta con signos de vacío del Qì (cansancio y falta de fuerza, distensión abdominal tras las comidas, falta de apetito, borborigmos) además de signos de frío, entre ellos una diarrea con posibles heces lientéricas. En este caso, el transporte y la transformación del bazo están inoperantes, con lo cual los líquidos no se metabolizan en absoluto y van a parar directamente al intestino grueso que, desbordado, los expulsa en forma de diarrea líquida. Paralelamente, la flora intestinal sufre un proceso de aniquilamiento que se manifiesta en forma de malestar intestinal.
La impotencia transitoria deriva del subsiguiente vacío del yáng del bazo y del riñón (脾肾阳虚, Pí shèn yáng xū): el yáng del bazo tiene su raíz en el yáng del riñón (脾阳根于肾阳, Pí yáng gēn yú shèn yáng), que es la reserva del yīn y del yáng del organismo; esto significa que si el yáng del bazo declina y se debilita, el yáng Qì del riñón acabará quedando vacío y débil. Cuando ello sucede, falta la fuerza motriz para levantar la roca.
Todo lo que hemos expuesto es lo que suele acontecer tras un tratamiento con antibióticos de una duración razonable, digamos cinco días o, como máximo, una semana. Pero más que eso, tomar antibióticos durante más de una semana, es sumamente peligroso debido a las complicaciones que pueden surgir a partir del vacío del Qì del bazo que propician. Vamos a verlas:
1ª) El Qì es el responsable de la digestión de los alimentos. Un vacío del Qì del bazo (脾虚, Pí xū) puede generar un estancamiento del Qì: si no hay suficiente Qì para autopropulsarlo el Qì se estanca; si eso sucede, no podrá llevar a cabo adecuadamente el proceso digestivo. Ello puede generar un patrón de retención de alimentos (食滞, Shí zhì).
2ª) El Qì es el responsable de activar la sangre (气活血, Qì huó xuè). Si el Qì se estanca por falta de autopropulsión a causa de un vacío del Qì, la sangre no podrá ser activada. Si la sangre no circula adecuadamente, se puede producir una estasis de sangre (血瘀, Xuè yū).
3ª) Un vacío del bazo puede generar humedad y derivar en un patrón de vacío del bazo con carga de humedad (脾虚湿困, Pí xū shī kùn). Además, a largo plazo esta humedad puede acabar condensando en forma de mucosidades (痰, Tán).
Tanto la retención de alimentos, como la estasis de sangre, como la humedad, como las mucosidades pueden estancar el libre fluir del Qì. Si esto sucede, por fricción, por rozamiento, se genera calor (热, Rè).
4ª) Una de las funciones del bazo es el ascenso del yáng puro y la contención de los órganos internos. Una de las posibles consecuencias de un vacío extremo del Qì del bazo es el hundimiento del Qì del bazo (脾气下陷, Pí Qì Xià Xián), que supone que éste pierda su capacidad de contener los órganos internos en su lugar, con lo cual pueden producirse prolapsos.
5ª) Otra de las funciones del bazo es la de controlar la sangre (脾统血, Pí tǒng xuè), es decir, la de contener la sangre dentro de los vasos. De manera que otra de las posibles consecuencias de un vacío del Qì del bazo es que el bazo no puede controlar la sangre (脾不统血, Pí bù tǒng xuè), con lo cual se producen hemorragias patológicas.
6ª) Hay dos vísceras que reciben directamente el Qì del bazo. Una de ellas es el pulmón. De manera que un vacío del Qì del bazo puede originar directamente un vacío del Qì del pulmón (肺气虚, Fèi qì xū) y manifestarse en forma de falta de solidez del Qì defensivo (卫气不固, Wèi qì bù gù). Sabemos que el pulmón controla el exterior a través del Qì defensivo y la debilidad de éste facilita enormemente la entrada de los perversos externos (外邪, Wài xié).
7ª) La segunda víscera que recibe directamente el Qì del bazo es el corazón. El Qì del corazón no tan sólo activa esta víscera, sino que también es la base del espíritu del corazón (心神, Xīn shén), ya que éste no es más que una acumulación del Qì del corazón. De manera que un vacío del Qì del bazo puede originar una apagada del espíritu (神昏, Shén hūn). Ésta será más o menos intensa en función del grado del vacío del Qì. Es notorio que a una persona cansada o exhausta le falta espíritu, especialmente en su acepción de vitalidad.
8ª) Un vacío del Qì del bazo puede generar un vacío de sangre en general y, específicamente, un vacío de la sangre del corazón (心血虚, Xīn xuè xū). De hecho, existe un patrón mixto llamado vacío simultáneo del bazo y del corazón (心脾两虚, Xīn pí liǎng xū) que cubre esta realidad y que significa un vacío del Qì del bazo y de la sangre del corazón. Por el hecho de que el espíritu (神, Shén) reside en la sangre del corazón, un vacío de ésta dejará al espíritu sin anclaje y, con ello, se agitará.
9ª) La existencia de un vacío del Qì o del yáng del bazo no comporta necesariamente un vacío simultáneo del Qì o del yáng del estómago; el vacío del Qì del bazo puede generar una retención de alimentos, que estanca el Qì y acaba produciendo calor. De manera que podemos encontrarnos ante un bazo frío y húmedo y un estómago caliente y seco. Este patrón recibe el nombre de estómago fuerte y bazo débil (胃强脾弱, Wèi qiáng pí ruò).
10ª) La coyuntura definida por un uso prolongado de antibióticos favorece la aparición de lo que en medicina china se conoce como gǔ chóng (蛊虫) -traducido, gǔ sería ‘nocivo’ y chóng, ‘parásito-; es decir, se produce una eliminación de bacterias, que pertenecen a la flora intestinal normal, en beneficio de la candida albicans, un hongo oportunista que aprovecha la eliminación de la flora intestinal para proliferar y generar una ‘candidiasis’. Ésta puede manifestarse desde formas relativamente leves, como candidiasis cutánea, candidiasis oral (muguet), vaginitis, balanitis, anitis…pero también puede causar trastornos muy graves en el caso de que se extienda a través del torrente sanguíneo y produzca una candidiasis polisistémica que, en el peor de los escenarios, puede tener un desenlace fatal.
N.B: Un 20% de las camas hospitalarias están ocupadas por yatrogénesis: enfermedades producidas por un uso inadecuado de los medicamentos. Y no olvidemos que para la medicina china la yatrogénesis figura entre las causas ni internas ni externas (不内外因, Bù nèi wài yīn) de las enfermedades.