Las leyes del yīn yáng 阴阳的规律 Yīn yáng de guī lǜ

Eduard Genís Sol, enero del 2017.

La Teoría del yīn y del yáng puede resumirse en cuatro leyes fundamentales, que se resumen en ocho caracteres agrupados de dos en dos:

对隶, 护根, 小胀, 转化

Y estas cuatro leyes son las siguientes:

– La oposición del yīn y del yáng (阴阳对隶, Yīn yáng duì lì).

– La generación recíproca del yīn y del yáng (阴阳护根, Yīn yáng hù gēn).

– El crecimiento y el decrecimiento del yīn y del yáng (阴阳小胀, Yīn yáng xiǎo zhàng).

– La transformación mutua del yīn y del yáng (阴阳转化, Yīn yáng zhuǎn huà).

a) La oposición del yīn y del yáng 阴阳对隶   Yīn yáng duì lì

Todas las cosas y todos los fenómenos de la naturaleza poseen dos aspectos mutuamente opuestos, el yīn y el yáng. Estos dos aspectos podemos observarlos continuamente: el cielo y la tierra, el interior y el exterior, el movimiento y el reposo, la entrada y la salida, el ascenso y el descenso, el día y la noche, el frío y el calor, la rapidez y la lentitud… El cielo corresponde al yáng y la tierra al yīn; el exterior corresponde al yáng y el interior al yīn; el movimiento corresponde al yáng y el reposo al yīn; la salida corresponde al yáng y la entrada al yīn; el ascenso corresponde al yáng y el descenso al yīn; el día corresponde al yáng y la noche al yīn; el calor corresponde al yáng y el frío al yīn; la rapidez corresponde al yáng y la lentitud al yīn. Yīn y yáng representan los dos aspectos complementarios y, a la vez, opuestos de las cosas y los fenómenos.

En la especie humana, la oposición del yīn y del yáng es la contradicción esencial de los fenómenos de la vida, la fuerza motriz que permite su desarrollo. En lo que hace referencia a las estructuras y a las funciones, la sustancia vital, la esencia (精, Jīng), corresponde al yīn y las funciones vitales del (气) corresponden al yáng. El proceso de transformación dinámica consiste en que el yáng se convierte en y el yīn se transforma en materia. Y la vida nace precisamente de este movimiento de transformación del del organismo. La raíz de esta transformación se halla en la esencia yīn (阴精, Yīn jīng) y en el yáng Qì (阳气), en el movimiento contradictorio de la transformación  del y su conversión en forma (形, Xíng), es decir, en la unificación de los opuestos yīn y yáng. Éstos, yīn y yáng, adquieren la unidad en la lucha que los opone y obtienen un estado de equilibrio y de armonía dinámicos que hacen que las actividades del organismo puedan desarrollarse normalmente. Pero si esta lucha entre el yīn y el yáng perfila la victoria o la derrota de uno u otro aspecto, entonces el equilibrio dinámico se rompe, y el desequilibrio resultante comporta la aparición de las enfermedades. De hecho, lo que busca cualquier tratamiento es curar la enfermedad a partir del restablecimiento de este equilibrio dinámico. Ésta es la complementariedad y la oposición del yīn yáng (阴阳相成相反, Yīn yáng xiāng chéng xiāng fǎn).

b) La generación recíproca del yīn y del yáng  阴阳护根   Yīn yáng hù gēn

El yīn y el yáng no tan sólo mantienen una relación de oposición y de conflicto mutuo, sino que también están entrelazados por una relación de interdependencia y de utilidad recíproca. El yīn depende del yáng y el yáng depende del yīn. Ninguno de ambos aspectos puede subsistir sin el otro. En la naturaleza, vemos que no hay día sin noche, ni frío sin calor, ni luz sin oscuridad, ni derecha sin izquierda. Por lo tanto, en los dos caracteres opuestos del yīn yáng, siempre figura una noción de reciprocidad. Así, el yáng es la raíz del yīn y el yīn es la raíz del yáng. Ninguno de los dos aspectos puede subsistir solo y separado del otro. Sólo con el yīn no existiría generación, y sólo con el yáng no habría crecimiento. Y ningún ser vivo podría existir sin nacimiento ni crecimiento.

Por lo que hace referencia a las actividades fisiológicas del organismo humano, el proceso de evolución de las funciones y de la materia está claramente circunscrito en los principios de la generación recíproca. La sustancia pertenece al yīn, la función al yáng. La sustancia, la materia, es la base tangible de la vida; la función es la expresión esencial de la misma. La materia es la base, el fundamento de la función y ésta es la expresión de la materia. Si la actividad funcional de los órganos es sana, la generación de sustancias nutritivas es constante y suficiente para garantizar el buen funcionamiento del organismo. Y sólo el equilibrio y la armonía entre la materia yīn y la función yáng permiten una correcta actividad fisiológica del cuerpo humano. Sin el yáng no es posible transformar el yīn, y esto significa que a partir de un determinado estadio de deficiencia del yáng ello afecta a la generación del yīn. Por ejemplo, un vacío del del bazo (脾气虚, Pí qì xū) puede comportar un vacío de sangre (血虚, Xuè xū). La debilidad del , de naturaleza yáng, no permite la generación de la sangre, de naturaleza yīn con respecto al . De la misma manera, sin el yīn no puede generarse el yáng, y esto significa que a partir de un determinado estadio de deficiencia del yīn ello puede comportar un vacío del yáng. Así, por ejemplo, una hemorragia profusa provoca que el se escape conjuntamente con la sangre. La sangre es de naturaleza yīn, el de naturaleza yáng. La deficiencia del yīn sangre provoca un vacío del yáng Qì.

c) El crecimiento y el decrecimiento del yīn y del yáng  阴阳小胀  Yīn yáng xiǎo zhàng

La expresión el yīn y el yáng crecen y decrecen (阴阳小胀, Yīn yáng xiǎo zhàng) significa que el yīn y el yáng, contrarios pero interdependientes, no están en una situación estática, sino en un movimiento de transformación mutua y continua que los permite crecer y decrecer.  Con lo cual, cuando el yáng decrece, el yīn crece (阳小阴胀, Yáng xiǎo yīn zhàng), y cuando el yīn decrece, el yáng crece (阴小阳胀, Yīn xiǎo yáng zhàng). Esta evolución dinámica del crecimiento y del decrecimiento mutuo del yīn y del yáng se produce continuamente. De esta manera se mantiene el equilibrio dinámico de los opuestos, lo cual permite una transformación y un desarrollo regular de las cosas y de los fenómenos. Es el ciclo inmutable de los días y de las estaciones, lo que hace que cuando se instala la luz del nuevo día se desvanezca la oscuridad y que, al ponerse el sol, la luz ceda el paso a las tinieblas. Sí, la vida es un movimiento perpetuo hecho de ciclos. Todo es cíclico. Cuando se aleja la primavera llega el verano. Cuando se va el otoño aparece el invierno. Frío y calor se suceden. Y es justo este proceso el que corresponde al crecimiento y al decrecimiento del yīn yáng. Cuando el yīn decrece, el yáng crece, y cuando el yáng decrece, el yīn crece.

En el plano fisiológico, la puesta en escena de diversas actividades funcionales (yáng) necesita inevitablemente el consumo de determinadas materias nutritivas (yīn). Aquí el yáng crece a costa del decrecimiento del yīn. De la misma manera, la asimilación y la transformación de los diferentes nutrientes comportan un consumo de (yáng). Y aquí el yīn crece a costa del yáng. La actividad humana puede mantenerse gracias al equilibrio del crecimiento y del decrecimiento del yīn y del yáng en la materia y en las funciones. Para la medicina china, la evolución dinámica es una idea fundamental que nos permite entender la vida tanto en la naturaleza como en la especie humana ya que, de hecho, se trata de una evolución universal y permanente.

En esta transformación dinámica se incluyen igualmente los procesos de transformación cuantitativos y cualitativos. En el organismo humano, y en condiciones normales, el crecimiento y el decrecimiento mutuo del yīn y del yáng no sobrepasan los límites de una regularización fisiológica, de manera que no se rompe la armonía entre ellos. Este equilibrio permite el mantenimiento de la vida, y la buena salud se caracteriza por un nivel de intercambio normal, ya que el crecimiento y el decrecimiento del yīn y del yáng se sitúan dentro de este marco de regularización fisiológica y se expresan en el equilibrio dinámico de las actividades fisiológicas que comportan el mantenimiento de la vida y de la salud. Pero si esta relación de crecimiento y decrecimiento sobrepasa los límites fisiológicos -su nivel normal, digamos- uno de los aspectos, yīn o yáng, se refuerza mientras que el otro se debilita, de manera que el equilibrio dinámico del organismo queda perturbado y aparece la enfermedad. Si el yīn o el yáng son excesivos, la mutación patológica se manifiesta a través de un crecimiento excesivo. Si el yīn o el yáng son insuficientes, la transformación patológica se manifiesta a través de un decrecimiento excesivo.

d) La transformación mutua del yīn y del yáng   阴阳转化  Yīn yáng zhuǎn huà

Esta expresión significa que, en ciertas condiciones, estos dos aspectos opuestos, el yīn y el yáng, pueden transformarse cada uno de ellos en su contrario. El yīn puede mutar a yáng y viceversa.

En el yīn y el yáng no tan sólo existe la unidad de los opuestos, sino también un cambio cuantitativo y cualitativo. La evolución y el desarrollo de las cosas y de los fenómenos se manifiestan a través de un proceso de evolución mutua que va desde un cambio cuantitativo a un cambio cualitativo y a la inversa. El crecimiento y el decrecimiento del yīn y del yáng es una evolución cuantitativa, mientras que la transformación mutua del yīn y del yáng hace referencia a una evolución cualitativa.

La transformación del yīn y del yáng es una de las leyes fundamentales de la transformación dinámica de las cosas y de los fenómenos. El proceso de crecimiento y de decrecimiento forma parte de un régimen de transformación normal, pero si éste alcanza el paroxismo, se opera una mutación hacia el aspecto opuesto.

La transformación del yīn y del yáng en un contexto médico necesita ciertas condiciones que en medicina china se califican de fuerte (重, Zhòng) y de extremo (极, ). Así, el yīn fuerte se transforma en yáng y el yáng fuerte se transforma en yīn (重阴必阳, 重阳必阴, Zhòng yīn bì yáng, zhòng yáng bì yīn), de manera que el frío extremo produce calor, y el calor extremo genera frío (寒极生热, 热极生寒, Hán jí shēng rè, rè jí shēng hán). La lógica de las relaciones entre el yīn y el yáng hace que cuando surge una situación extrema se produzca la transformación en el aspecto contrario. En la fisiología humana, por ejemplo, las transformaciones que conectan materia y función testimonian las transformaciones del yīn y del yáng. Las sustancias nutritivas (yīn) son transformadas continuamente en actividades funcionales (yáng) que, a la vez, siguen una mutación incesante en elementos nutritivos (yīn).

Hay que señalar que el yīn y el yáng sólo pueden transformarse mutuamente si existen ciertas condiciones. La transformación de un aspecto en su opuesto sólo puede realizarse si el proceso entero de mutación y de desarrollo de las cosas y de los fenómenos se realiza. Es decir, no podemos encontrar las dos fases de este proceso, el crecimiento y el decrecimiento del yīn y del yáng (mutación cuantitativa) conjuntamente con la transformación recíproca del yīn y del yáng (mutación cualitativa). El crecimiento y el decrecimiento del yīn y del yáng son una condición previa para su transformación. Y la transformación del yīn y del yáng es una consecuencia inevitable de su crecimiento o de su decrecimiento.

En conclusión, las relaciones de oposición, de generación, de crecimiento y de decrecimiento y de transformación del yīn y del yáng constituyen el contingente fundamental de la Teoría del yīn y del yáng (阴阳学说, Yīn yáng xué shuō) y estos principios no hay que contemplarlos de forma aislada, sino interrelacionados, con influencia mutua y con una relación de causa-efecto.

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