Eduard Genís Sol, noviembre del 2017
Entendemos por ‘colon irritable’ o ‘síndrome del colon irritable’ un trastorno del intestino que se caracteriza por un dolor abdominal -que suele mejorar tras las deposiciones- y por alteraciones de estas últimas: bien diarrea, bien estreñimiento, bien una y otro alternativamente.
Para diagnosticarlo, previamente hay que excluir otros desórdenes como, por ejemplo, parásitos intestinales o candidiasis.
– Causas y mecanismos patológicos (病因病机, Bìng yīn bìng jī):
1) Todas las emociones percibidas con excesiva intensidad y/o de excesiva duración pueden generar, de forma directa o indirecta, una sobrepresión del hígado con estancamiento del Qì (肝郁气滞, Gān yù qì zhì). Esta sobrepresión puede derivar en un ataque transversal al bazo, dañando así sus funciones de transporte y transformación (运化, Yùn huà). A esta situación se le llama una desarmonía hígado-bazo (肝脾不调, Gān pí bù tiào). Este patrón se manifiesta con signos de sobrepresión del hígado con estancamiento del Qì (肝郁气滞, Gān yù qì zhì) + signos de un vacío del Qì del bazo (脾气虚, Pí qì xū): distensión, sensación de plenitud y dolor en el pecho y en los flancos, suspiros frecuentes, humor depresivo o bien irritabilidad, gusto amargo en la boca, sequedad de la garganta, disminución del apetito, distensión abdominal, heces desechas o diarrea -o una alternancia de estreñimiento y diarrea-, borborigmos, flatulencias o dolor abdominal, diarrea y un pulso de cuerda (弦, Xián).
Asimismo, una sobrepresión del hígado con estancamiento del Qì (肝郁气滞, Gān yù qì zhì) también puede atacar al estómago, configurando una desarmonía hígado-estómago (肝胃不和, Gān wèi bù hé), caracterizada por signos de sobrepresión del hígado acompañados de signos que nos indican que se produce una desarmonía del Qì del estómago (胃气不和, Wèi qì bù hé): distensión, plenitud y dolor en el estómago que irradia hacia los flancos, hipo, eructos, acidez de estómago, indigestión, agitación, irritabilidad y un pulso de cuerda (弦, Xián).
2) El exceso de pensamiento y de preocupación (思虑过度, Sī lǜ guò dù), que se produce cuando éste se vuelve obsesivo, o bien cuando la persona se ve afectada por un exceso de trabajo intelectual o de actividad mental.
Recordemos que el pensamiento es la orientación del bazo (脾志为思, Pí zhì wèi sī), y aquí, pensamiento tiene el sentido de trabajo mental. Pero el exceso de pensamiento anuda el Qì (思则气结, Sī zé qì jié), es decir, lo estanca. Concretamente, sobrepresiona y estanca el Qì del bazo y, con ello, afecta a las funciones de transformación y transporte (运化, Yùn huà) de esta víscera. Ello puede generar plenitud en el pecho y en el conducto del estómago, cansancio, falta de apetito, distensión abdominal y heces deshechas. De manera que el exceso de pensamiento y de preocupación puede generar un vacío del Qì del bazo (脾气虚, Pí qì xū).
3) Dietas inadecuadas y/o aberrantes (伤食, Shāng shí): El bazo transforma y transporta las esencias de los alimentos y las bebidas. Si el bazo queda dañado a causa del sobreesfuerzo energético continuado que le supone una ingestión crónica de alimentos fríos y/o crudos y/o humedecedores, su función de transformación (化, Huà) y de transporte (运, Yùn) de las esencias de los alimentos pierde eficacia, con lo cual los líquidos no transformados y/o no transportados se acumulan en forma de humedad (湿, Shī), la cual se mezclará con los alimentos no digeridos para terminar fusionándose ambos en forma de mucosidades turbias (痰浊, Tán zhuó). Estas mucosidades, pegajosas y obstruyentes, perturban el mecanismo, o dinamismo, del Qì (气机, Qì jī) que, en este contexto, no es más que el ascenso del yáng puro (升清阳, Shēng qīng yáng) y el descenso del yīn turbio (降浊阴, Jiàng zhuó yīn), y provocan que el yáng puro no pueda ascender y que el yīn turbio no pueda descender (清阳不升浊阴不降, Qīng yáng bù shēng, zhuó yīn bù jiàng).
Por otra parte, el intestino grueso recibe del intestino delgado la parte turbia de la separación entre lo claro y lo turbio del bolo alimenticio generado en el estómago, y transporta y excreta estos desechos sólidos derivados del proceso digestivo en forma de heces. Es por ello que se dice que el intestino grueso gobierna la conducción (大肠主传导, Dà cháng zhǔ chuán dǎo).
En caso de calor plenitud (实热, Shí rè) en el intestino grueso, puede producirse estreñimiento. En caso de frío vacío (虚寒, Xū hán), el intestino grueso pierde su capacidad de recibir los desechos y ello puede manifestarse con dolor abdominal y, en caso de humedad-calor (湿热, Shī ré), se puede producir diarrea.
Habitualmente, la humedad-calor suele derivar de un vacío del Qì del bazo que, al no poder transformar los fluidos, hace que éstos se acumulen en forma de humedad (湿, Shī). Esta humedad obstaculiza el libre fluir del Qì y, con el tiempo y por fricción, se genera calor (热, Rè). Este calor se mezcla con la humedad persistente para generar humedad-calor (湿热, Shī rè). Otra causa de generación de humedad-calor es una alimentación inadecuada, yanguinizada, caliente: fritos, grasas, alcohol.
La humedad es densa y pesada por naturaleza, y aunque se haya generado en el calentador medio (中焦, Zhōng jiāo), su tendencia es la de deslizarse hacia el calentador inferior (下焦, Xià jiāo).
Una vez en el calentador inferior, este calor arrastrado hacia abajo por la humedad puede producir dos consecuencias mayores:
– Dañar el yīn del riñón (y con ello, también el del hígado, agravando con ello la sobrepresión).
– Excitar el fuego ministerial (fisiológico) y reconvertirlo en patológico. En esta circunstancia, y dada la tendencia ascendente del fuego, éste arrasa el calentador medio (dañando con ello el Qì y el yīn del bazo y del estómago) y el calentador superior (dañando con ello el Qì y el yīn del pulmón y del corazón).
Asimismo, aparte de haber descendido hacia el calentador inferior, siempre quedará un remanente de humedad-calor en el calentador medio que dañará el bazo, ya que le impedirá un correcto desarrollo de sus funciones.
4) Vacío del yáng del riñón (肾阳虚, Shèn yáng xū): Se genera a partir de excesos, como consecuencia del proceso de envejecimiento, o a causa de enfermedades crónicas que dañan al riñón, que pierde su función de calentamiento y de transformación del Qì.
Esta situación se manifiesta con: sensación de frío, rostro pálido e hinchado, dolor y frío en la región lumbar y/o en las rodillas, micción clara y larga o enuresis, nicturia, diarrea crónica o diarrea del canto del gallo, hinchazón por agua, sobre todo por debajo de la cintura, impotencia, espermatorrea, leucorrea clara y fría, esterilidad, lengua pálida con saburra blanca, y un pulso profundo y lento.